Mogarraz. Caminos de agua y vida

Aprovechando los magníficos días que este principio de invierno nos está deparando, amaneceres fríos y mañanas despejadas y luminosas, nos hemos acercado a la Sierra de Francia para disfrutar de sus paisajes y arquitectura.

Destino: Mogarraz, pequeño municipio de la provincia de Salamanca enclavado en la Sierra de Francia de menos de 500 habitantes y declarado Conjunto Histórico en 1998.

El Camino del Agua

El Camino del Agua. Sorpresas del camino

Nos animamos  a hacer esta escapadita porque hacia tiempo que no ibamos a Mogarraz, nos queda cerca y nos habían hablado muy bien de la ruta. Aquí quiero agradecer las aportaciones y vivencia de otros blogueros, entre los que quiero reseñar a Pilar autora del blog Con autocaravana y sin ella, que nos recomendó hacerla. Por eso el primer domingo antes de que las fiestas navideñas nos absorbieran plenamente nos acercamos para conocer y disfrutar de lo que he designado como caminos de agua y vida.

Caminos de agua porque el recorrido se desarrolla entre laderas y riberas, por las laderas de los montes próximos a Mogarraz y a Monforte de la Sierra y las riberas que va flanqueando y cruzando el unas veces arroyo y otras río Milano. Y caminos de vida porque es un trayecto lleno de vida natural: vegetación autóctona de robles,  castaños,  encinas, abetos, madroños… junto con pequeñas explotaciones agrícolas fruto de la actividad humana: pequeños huertos, ahora en invierno yermos, con olivos, viñas, alguna antigua y reducida explotación de eucaliptos y algunos árboles frutales como cerezos y manzanos; variedad reflejo del microclima del que goza esta zona y que son testigo de esa economía de subsistencia que siempre ha definido al hábitat serrano. Y de vida también porque Mogarraz, bonito pueblo serrano y magnífico exponente de la arquitectura popular de la Sierra de Francia, te recibe con los brazos abiertos. Nada más llegar y tras apenas adentrarte en él sus gentes ponen tus ojos en ti, te miran fijamente, y a ti no te queda más remedio que devolverles  la mirada, fijarte en sus rostros hieráticos y firmes que inundan todo el pueblo. Son los retratos del pintor local Florencio Maillo, de su exposición Retrata2-388, que se funden con la arquitectura serrana para ofrecernos, a través de sus rostros y sus casas, pinceladas de la historia viva de este pequeño y apacible pueblo serrano.

Mogarraz. Retrata2-388

Mogarraz. Retrata2-388. arquitectura y vida

Lo primero que hicimos fue El Camino del Agua para después visitar tranquilamente el pueblo.

Como muy bien se indica en la página web de esta ruta: El Camino del Agua, es un recorrido circular que consta de unos 6 kilómetros y que se podría calificar de dificultad media porque cuenta con algún que otro tramo de ascensión un pelín  fuerte y prolongada, que,  si se va con niños, se hace un poco duro. Su duración media sería de unas 2 horas, pero nosotros la hicimos en casi tres, porque resulta un recorrido muy agradable y entretenido para ver hacer con los niños, con tramos muy bonitos también en esta época del año.

El Camino del Agua

El Camino del Agua. Sus inicios coloristas, gracias a sus huertos, robles, castaños…

Resaltar de él la mezcolanza de paisajes humanos (pueblos, huertos, plantaciones, puentes  y tramos de carreteras y miradores); paisajes naturales (bosque, arroyos y montaña, en algunos tramos se divisa en todo su esplendor la cercana Sierra de Béjar); y paisajes artísticos, en algunos puntos , con mayor o menor fortuna, se exhiben obras escultóricas que invitan al descanso, la contemplación y la reflexión.

El Camino del Agua.

El Camino del Agua. Un agradable paseo invernal

El recorrido está bien señalizado. Nosotros seguimos el que viene marcado en las guías, cogiendo el sendero que hay antes de entrar en el pueblo, junto a la carretera que viene de La Alberca, otro bonito pueblo serrano del que recomiendo su visita y al que dediqué una entrada en este blog.

El Camino del Agua

El Camino del Agua. El agua se asoma en su recorrido

El primer tramo, «asfaltado» y descendente, que discurre junto a numerosos huertos, da paso a un corto y estrecho tramo ya de tierra que nos lleva a la primera zona acuática, una pequeña cascada que cruza el sendero, anuncio de las cristalinas y frescas aguas que encontraremos a lo largo del camino.  A este le sigue un pequeño tramo de subida. Aquí empezamos a enfilar la cara norte del monte, desaparecen los huertos, el roble hace su presencia y la tierra del camino se cambia por piedras. En este tramo aparecen las primeras esculturas, primero una jaula de hierro por título Ko’a, de Miguel Poza, que reclaman la atención del caminante, y, un poco más adelante, en un bello recodo del camino, junto al Puente de Monforte, aparece, Serena, de Virginia Calvo, una escultura aérea que se funde con ese paisaje.

El Camino del Agua

El Camino del Agua. Las escultura forman parte del paisaje

Se continúa por la parte más llana del recorrido hasta salir a la carretera que nos lleva a Monforte. Una pequeña ascensión que discurre  por una carretera sin arcén, en esta época nada transitada, que nos ofrece un mirador y zona de descanso donde podemos encontrar otra de las esculturas que hay el camino, S/T, de Alfredo Sánchez.

El Camino del Agua

El Camino del Agua. Una vista diferente de Mogarraz

En Monforte se retoma el sendero, en su primer tramo» asfaltado» y luego de tierra o empedrado, que nos conduce al, para mi gusto, rincón más bonito de este recorrido: el Puente de los Molinos, lugar donde es más que recomendable una parada para disfrutar de este bello lugar.

El Puente del los Molinos

El Camino del Agua. El Puente del los Molinos

El Puente del Pontón

El Camino del Agua. El Puente del Pontón

Se continúa por un camino bastante llano, alfombrado por un manto de hojas y rodeado de robles, castaños y algún que otro madroño, pero que pronto se vuelve descendente, con tramos de cierto desnivel y que en esta época conviene hacer con cuidado, ya que las hojas que cubren el camino están húmedas y resbalan. En su tramo final se llega al Puente del Pontón, zona con amplia vegetación ribereña donde el arroyo se convierte en río (Río Milano) y  donde otro grupo escultórico, Siete  sillas para escuchar de Manuel Pérez de Arrilucea, tiene aquí su «asentamiento».

Pasado el puente se inicia el último tramo, el más duro, de un poco más de un kilómetro de subida. Aquí volvemos a la cara sur,  por tanto más soleado, y en él poco a poco se va abandonando la vegetación autóctona para volver a un paisaje más humanizado, donde huertos y vallas de piedras jalonan el camino.

El Camino del Agua

El Camino del Agua. Paisaje lleno de color

El recorrido termina en el pueblo, junto a otro mirador, enfrentado al anterior y que tiene otra escultura, Cruz de Mingo Molino de Florencio Maillo, que personalmente me dice muy poco y que está cerca de un parque de juegos, destino final y lugar ideal para que las niñas recarguen las pilas y se olviden del último tramo. ¡No hay nada como el juego!

El Camino del Agua

El Camino del Agua. Un camino lleno de contrastes

Comemos, descansamos y jugamos un poco antes de iniciar la visita al pueblo.

Mogarraz

Iglesia y Torre del Campanario

Poco más que decir del pueblo y de la exposición de retratos que lo inunda. El pueblo es pequeño y fácil de recorrer. Su calle principal es la más llana, a cuyos lados surgen numerosa calles empinadas. La arquitectura popular, con sus casas de madera y piedra, inunda el pueblo. El susurro del agua recorre sus calles, un agua canalizada que se hace presente bajo algunas calles y en algunas de sus numerosas fuentes. Como pasa en la mayoría de los pueblos de su fisonomía destaca su Iglesia Nuestra Señora de las Nieves, ubicada en un lateral de la plaza mayor, y la Torre del campanario, separada de la iglesia.

Mogarraz. Retrata2-388

Mogarraz. Retratos inundan sus fachadas

Enriqueciendo su entramado arquitectónico están los retratos de sus paisanos, retratos de Florencio Maillo que, como muy bien cuenta Pilar en la entrada de su blog Mogarraz y la pervivencia de su gente. Con el arte en sus calles, consiguen atraer las miradas curiosas de los turistas y visitantes. Rostros que reflejan la clase social y las condiciones de vida sus «propietarios», rostros marcados por el tiempo y el trabajo duro para unos o relajados y confiados para otros. Retratos de un momento de sus vidas que hoy engalanan sus fachadas, con el recuerdo congelado de los que son o han sido, rostros que se niegan a ser olvidados, que se aferran a sus casas y a sus vecinos.

Mogarraz. Retrata2-388

Mogarraz. Retrata2-388. Retratos y arquitectura

Retrata2-388

Retratos y fachadas, reflejo de una vida

 El cerdo de San Antón

Mogarraz. El cerdo de San Antón

Y como nota anecdótica y singular decir que por Mogarrraz pudimos ver campar por la plaza y a sus anchas un hermoso cerdo, el de San Antón, ‘Antón V’, despreocupado de la suerte que en breve le espera. Costumbre ésta que puede observarse en otros pueblos de la sierra de tradición chacinera, como La Alberca. A Antón V le sortean en enero, en fechas cercanas a la festividad de San Antón, de ahí su nombre, entre aquellos vecinos y visitantes que hayan comprado la papeleta correspondiente.

En resumen, una escapada muy agradecida por lo bonito del recorrido y por lo curioso de la visita al pueblo, recomendable para hacer en cualquier época del año, excepto si ha llovido mucho,  y para hacer con niños, eso si sin prisas, disfrutando del paseo, del paisaje, de la variedad de elementos de la naturaleza que encontramos y con el punto lúdico y didáctico, el ofrece la diversidad natural y artística, por los elementos escultórico y pictóricos que nos vamos encontrando.

El Camino del Agua

El agua anima el camino

Retrata2-388

Mogarraz, para ver y sentir

Si la hacéis espero que os guste.

Aquí os dejo mi galería de fotos en Pinterest

3 Respuestas a “Mogarraz. Caminos de agua y vida

  1. Buenos días.
    En primer lugar quiero agradecerte tus menciones. En una entrada tan buena como ésta es todo un honor!
    He estado desconectada durante las vacaciones y por eso no te había leído todavía.
    Los pueblos serranos de Salamanca son muy auténticos y uno se va de allí con la sensación de haber sido partícipe durante unas horas del pasado. Si a eso se le suma los senderos que han acondicionando, constituyen lugares cercanos para ir a pasar el día.
    Y que tradición más curiosa la del cerdo! Me comentaron que lleva un chip incorporado para evitar malas tentaciones…
    Gracias de nuevo y un abrazo!

    • Las menciones son obligadas, gracias a tus recomendaciones nos animamos a hacer el recorrido en invierno y no nos defraudó. Por otro lado la descripción que ofreces en tu blog de Mogarraz y de la exposición Retrata2-388 resulta muy acertada y atractiva.
      La Sierra de Francia ofrece muchos lugares de interés para visitar y recorrer, al igual que muchos otros rincones de la provincia de Salamanca. Merecen unas escapaditas.
      Gracias y nos seguimos leyendo…

  2. Pingback: Por la Sierra de las Quilamas. De San Miguel a El Piélago pasando por Valero. | ACEnruta·

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