Descubriendo El Pozo de las Paredes, en la Sierra de Gredos

Qué mejor manera de pasar el Día de la Madre que salir toda la familia junta a disfrutar de un día de campo (había ganas y hacía tiempo que no hacíamos una escapadita relámpago). La idea era ir a conocer un rincón de la Sierra de la Gredos dónde poder disfrutar del paisaje, del agua y de un bañito, si las aguas lo permitían porque el tiempo no suponía ningún problema, era estupendo. El lugar elegido era el Pozo de las Paredes, una poza natural en el río Barbellido, localizado en el municipio de Navacepeda de Tormes.

Después de la fiesta matinal de los besos, abrazos y regalos a mamá, y después de un desayuno ralentizado por las celebraciones y los preparativos de la escapadita, tomamos dirección a Navacepeda.

En Barco de Ávila hicimos una parada para pasear por su ribera, comer en parque junto al río, al lado del Puente Viejo y muy próximo al Castillo, y jugar. Un café reconfortante, unos helados y en marcha de nuevo a Navacepeda, a apenas 30 kms.

El Barco de Ávila. Vista del Puente Viejo y el Castillo

El Barco de Ávila. Vista del Puente Viejo y el Castillo

Nada más llegar al pueblo y en la primera calle que sale ya viene indicado el Pozo, mejor dicho el quiosco merendero que hay en el Pozo. El Pozo se encuentra a unos 2,5 kms, después de pasar un puente que cruza el río Tormes, donde se indica coto vedado de pesca (esta zona es muy concurrida por los pescadores). La carretera esta bien asfaltada pero es muy estrecha. Una señal de aparcamiento marca la zona acondicionada para dejar los vehículos, porque en verano el Pozo es una zona de baño muy frecuentada. Un breve paseito que nos acercaba el rumor del río, ahora abundante en aguas, y, de repente, el majestuoso puente romano de un solo arco y gran alzada, se eleva sobre las aguas bravas que descienden por la ladera del monte y que al rebasarlo se apaciguan y estancan ante la imponente vista de las verticales rocas que lo acogen. Cruzamos el puente en dirección al merendero para a continuación tomar el sendero que conduce al Pozo. El sitio es recogido, pequeñas terrazas que forman las rocas del Pozo, por lo que aunque hay algo de gente, un grupo de amigos que están pasando allí el día, se está muy a gusto.

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El Pozo de las Paredes. Aguas arriba del puente romano.

El Pozo de las Paredes. Aguas abajo del puente romano

El Pozo de las Paredes. Aguas abajo del puente romano.

El Pozo, profundo y de aguas cristalinas, que permite ver los peces que bucean por sus profundidades, invita al baño. Pero tras remojar los pies en la heladora agua es necesario un acto de fe para sumergirse por completo. El proceso es gradual, nos vamos mojando lentamente y poco a poco, hasta que se impone una brusca inmersión. Salvado este momento le suceden baños cortos, poco más que un chapuzón, seguidos de baños solares para reaclimatar el cuerpo, y merienda final, para reponer fuerzas y despedirse de este hermoso paraje.

El Pozo de las Paredes. Lugar de visita y baño

El Pozo de las Paredes. Lugar de visita y baño

De vuelta a casa una rápida visita al pueblo y a su iglesia de San Juan Bautista. Nos habían comentado que en la puerta estaba expuesta la zarpa de un oso, de hace 400 años y que cuenta además con leyenda propia y con una importante cita literaria. Os dejo un extracto de El País donde se refieren dichos acontecimientos:

«Según una leyenda local se trata del exvoto ofrecido por un segador a Dios o a algún santo en agradecimiento por haberle salvado la vida tras el ataque de un oso, al que «valientemente» logró vencer con su guadaña…

Se da también la circunstancia de que el premio Nobel de Literatura Ernest Hemingway menciona una zarpa de oso en su novela Por quién doblan las campanas, donde uno de los personajes, Anselmo, comenta: «En la puerta de la iglesia de mi pueblo había una pata de oso que maté yo en primavera».»

El País. Sociedad: «La zarpa de un oso pardo lleva 400 años clavada en una puerta de una iglesia de Ávila«. 23 de diciembre de 2007.

Acceso a la iglesia de San Juan Bautista, con la zarpa expuesta en la puerta

Acceso a la iglesia de San Juan Bautista, con la zarpa en la puerta

Iglesia de San Juan Bautista. Detalle de la zarpa del oso

Iglesia de San Juan Bautista. Detalle de la zarpa del oso

Regresamos por Piedrahita, atravesando el Puerto de Peñanegra, puerto muy conocido y frecuentado por los practicantes del vuelo libre (ala delta, parapente…). Un recorrido muy recomendable cuando hace buen tiempo. Su vertiente sur con una subida suave y tendida, y como telón fondo de la Sierra de Gredos, ese día nevada en su picos más elevados, y cortante y pronunciada en su vertiente norte, mostrando un paisaje más abierto y diáfano, con grandes valles, un gran contraste.

Puerto de Peñanegra, en su vertiente sur. Con Piedrahíta en primer término

Puerto de Peñanegra, en su vertiente sur. Con Piedrahíta en primer término

Un buen día para celebrar un gran acontecimiento.

 

 

3 Respuestas a “Descubriendo El Pozo de las Paredes, en la Sierra de Gredos

  1. Estuvimos hace unos días y es verdaderamente espectacular,lo que no me gusto ver cómo los coches pueden atravesar ese magnífico puente, que da la impresión de que es posible que se tenga en pie

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